sábado, 15 de agosto de 2009

la publiciudad


Claramente (los monos, o los hombres cualquiera) somos tan estúpidos que precisamos de alguien que nos diga que nos hace falta para poder ir a comprarlo.
"Este come por los ojos" decía la abuela Elena cuando alguien se servía comida y después no terminaba su plato. Sensible la nona, que se cansaba de regalar verdades y buñuelos de verdura.

Si se enterara la Doña que todo se fue al carajo, q habitamos un mundo regido por el consumo, donde todo entra por los ojos, donde quedan un montón de platos sin terminar.

(Pobres) los ciegos, nunca van a "Maggi". No les dan ganas.

1 comentario:

. dijo...

el ser humano se convertira en un automata al servicio del mejor postor, sin conciencia critica, creadora y mucho menos etica.

Heidegger (1889. 1976)

N. H.