martes, 23 de agosto de 2011

cuando las ventanas no daban luz

_solo figuraban “viento”


Si uno chequea el último tomo del diccionario de La Real Academia Española, la palabra “ventana” dice: “Abertura, que se deja en una pared para dar luz y ventilación”. Además señala otros usos para el término tales como “Hoja u hojas de madera y de cristales con que se cierra esa abertura.” y “Espacio delimitado en la pantalla de un ordenador, cuyo contenido puede manejarse independientemente del resto de la pantalla.”


Si analizamos estas definiciones, creo que podemos encontrar un hilo cronológico en ellas. Siendo el primer enunciado el más antiguo, relacionado con las construcciones primitivas del hombre, el segundo una derivación moderna del primero y el último, relacionada con los ordenadores, el más cercano en el tiempo.


Estos ítems de significancia no son más que, capa sobre capa de valor simbólico acumulado por el hombre para la palabra (ventana). Cargas culturales todas, del símbolo en constante cambio, que construyen un verdadero dispositivo arquitectónico.


La palabra ventana viene del latín “ventus” que significa viento. Las ventanas en Roma no iluminaban, la luz entraba por el patio central (Atrium). Es decir, que en un principio el término “ventana” poseía un imaginario más relacionado al ventilar, que al iluminar.


La voz inglesa grita algo parecido con window (wind=viento) cuyo término escandinavo vindaugas, significa literalmente "ojo del viento".


Las construcciones escandinavas primitivas eran oscuras en su interior, de paredes de piedra anchas y techos a dos aguas recubiertos de pasto. Servían de cobijo a sus ocupantes, del crudo clima. Generalmente alojaban fuego en el interior. Fogatas que permitían a los habitantes calentarse y cocinar. Estos ámbitos para ser habitables, debieron ventilarse, favoreciendo la salida del humo al exterior aparecieron las pequeñas aberturas (ojos) en los muros de piedra.


Con el paso del tiempo, el corpus “ventana” ha ido cargándose de otros trabajos, tales como el de iluminar los ambientes interiores.


Si era el atrium romano, un patio rodeado de habitaciones, en torno al cual giraba buena parte de la vida de la casa. Fuente de luz, de aireación y de agua. En algún momento de la historia dejó de serlo. Desapareció, mutó o se reconfiguró. _1


No sé bien cómo ni cuándo, pero quizás en aquella nueva Roma, una vez muerto y velado el atrio, sus utilidades tuvo que suplirlas la ventana.


De la mano del desarrollo de la técnica moderna, el mejor manejo de nuevos materiales se facilitaron funciones tales como ver -a través- de la ventana. Estas complicaciones constructivas están ligadas a los últimos años en la historia del hombre y a la industrialización.


¿Por qué el hombre está empecinado en abrir “la ventana” y cuándo es que esta definitivamente comenzó a ser pura y exclusivamente de vidrio?


El vidrio es un material noble, translucido y frágil (por lo menos en los espesores que estamos acostumbrados a manejar). ¿Por qué además debemos dotarlo de movimiento y de la necesidad de ventilar a través de él? Actualmente la ventana representa una especie de mc-combo con; ver a través, ventilar, pasar, abrir y cerrar.


De la síntesis de todos estos trabajos resultaron sofisticados detalles constructivos que tanta incidencia en el costo de una obra tienen. _2


Ventilar es necesario. ¿Por qué no hacerlo simplemente por un paño ciego? De otro material que no sea vidrio. “La luz trae vida y alegría de vivir” según los maestros modernos. Iluminar es necesario. Garanticemos la luz interior con materiales translucidos y demos cuenta de su fragilidad. ¿Por qué pretender que además se muevan? Desasociemos el ventilar, que habla del movimiento, del ver, que representa algo mucho más estanco, sereno y contemplativo.


Me pregunto si no debemos dar un paso atrás en la historia. Por un lado, el hombre ha colmado a la ventana de tareas que podrían ser repensadas. Y por otro, ha vinculado al vidrio con -la ventana-, en una sociedad que también debiera ser revisada. Ni la ventana originalmente tenía tal carga semántica, ni el vidrio parece el mejor candidato para cargar con ella.


Entendamos a -la ventana- como un dispositivo específico donde confluye la técnica y la historia del hombre. De romperse la inercia semántica que arrastra, estaríamos ante la posibilidad de -la nueva ventana-. Aunque fuese imprudente llamarla así.




_1 Vitruvio - Atrium Domus Itálica.


_2 detalle de carpintería en aluminio Modena 2.


_3 Solano Benítez - casa Fanego (muros que se abren).



por Joaquín Antonio Lazcano