martes, 30 de junio de 2009
domingo, 28 de junio de 2009
enMUdecieron
Sin embargo un grupo reducido de vacas comenzó a popularizar entre las demás una especie de quejido "mu" de protesta en total rechazo a los yuyos que les habían encargado comer.
Para atender tal desacato se vio obligado Dios a tomarse una nube, decender del Olimpo al medio mundo, e impropiar una de retos y truenos, maldiciones y manchas a aquellas vacas rebeldes.
Entró al potrero donde se encontraban y en el instante mismo que abrió la tranquera, la resistencia vacuna enmudeció.
Según dicen, aquel Dios enfurecido castigó a las vacas por aquel quejido –mu- de tal manera que desde ahí y para siempre, este sería su única expresión.
Por eso cuando alguien entra al potrero donde un hato de estos rumiantes pasta, lo miran a uno. Con esa cara de retardo, impávida y vacía. Llena de pestañeos y esporádicos mastiques.
El mundo entonces, había quedado colmado de seres estúpidos. Sabiamente lo advirtió Dios. Entendió que precisaba algún ente capaz de comprender todo aquello que tanto trabajo le había llevado hacer y fue más allá.
Cansado de semejantes pruebas sin sentido y en claro ímpetu reivindicatorio, con su nuevo diseño intentó acercarse a la
Tanto ajetreo, finalmente lo dejó rendido y con tal cansancio encima, supo que ya no podría hacer algo mejor. Acabo por refugiarse en una garita, sentado y esperando la nube azul que lo llevara otra vez y devuelta al Olimpo.
Fin.
Desde el Génesis fueron las vacas quienes instituyeron el espacio. De su altercado con el creador devino el hombre, a quien se le traspasó tal tarea. Desde entonces es quien le da razón de ser a toda la creación.
Entre el hombre que piensa (y se aleja del animal) y el espacio, se desarrolla la dialéctica del habitar.
Nos preguntamos, ¿Existe el espacio sin el hombre?
viernes, 26 de junio de 2009
quedamo` en el catalgo
Estimado participante;
miércoles, 24 de junio de 2009
solcito
lunes, 22 de junio de 2009
acefalía
tipa blanca
A un señor le paso por encima una topadora Caterpillar. Toneladas de presión estremecieron su cuerpo sin mayores corolarios, que una absoluta planitud.
Que chato!_ pensó_ y enseguida noto que todo era más alto , que ya no podía transitar de pie y que se encontraba en una especie de evolución al estilo Darwin, pero inversa. No era más un mono erguido, sino más bien una cosa parecida al mercurio que se arrastraba, ahora por un mundo plano.
Trató en vano de quitarse el chicle goma que se le había estampado a la camisa blanca después de aquel tropezón. Como no pudo efectivamente despojarse de aquel pegote, se entretuvo dejándose golpear por un chorro de agua que filtraba desde una canaleta de zinc rota.
Lejos de ser una cruel tortura china, el señor disfruto quedándose allí inmóvil por varios días. Fueron lapsos de un atroz contemplar todo lo que acontecía en aquella, su nueva realidad.
El agua lo golpeaba a veces muy fuerte, a veces naranja, a veces asfalto. Con el tiempo comenzó a sentir el mentolado del chicle otra vez y pensó que quizás no era agua aquello que le caía encima y que en cualquier instante despertaría de un horrible sueño.
Había ratos que no lograba distinguir sensación alguna, más allá del constante fluir del líquido. Hasta llegó a no diferenciarlo de unos niños que sin darse cuenta chapotearon sobre el.
Con el correr de las estaciones se supo un ser nuevo, una especie de reptil plano del obtuso mundo de la superficies. Luego el movimiento, su reptar y con el, el gusto a chicle que iba quedando atrás.
El señor quedo maravillado cuando comprendió que era capaz de transformarse en todo aquello que atravesaba, siempre y cuando él y la cosa ocuparan los mismos puntos del plano. Así fue montaña, por lo menos una capa de ella hasta que erosionó; solo para dejarse llevar como dos cucharadas de viento (no le daba para más). Luego fue engrudo pero le aburrió endurecer y decidió moverse.
Cuando las revistas del corazón, tomaron cuenta de su escandalosa manera de sentir, lo reclutaron como consultor adjunto y columnista estrella. Un día no volvió más a la redacción y desapareció, solo dejando sobre su escritorio una nota que notaba, “antojo de árbol, atronquizo de Tipa Blanca por Honduras y Gascon.”.
joaquin antonio lazcano
sábado, 20 de junio de 2009
domingo, 14 de junio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
sábado, 6 de junio de 2009
el dio dieste
martes, 2 de junio de 2009
aristón o platoteles? (continuará)
En una semana “Dios” le dio forma al mundo. Fue entonces cuando advirtió que necesitaba algún ente capaz de comprender aquello que había hecho y fue más allá. Finalmente creo al hombre y pudo descansar.
Desde el génesis, fue el hombre quien instituyo el espacio. Quien le dio razón de ser. Entre el hombre que piensa (y se aleja del animal) y el espacio, se desarrolla la dialéctica del habitar.
Nos preguntamos ¿existe el espacio sin el hombre?